Descripción
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Compilación de artículos que indagan en cuatro momentos significativos de la lucha de los ferroviarios -consonantes con las de todo el movimiento obrero argentino-, y remiten a distintos períodos de un ciclo general de constitución, auge y declinación del gremio y de sus representaciones sindicales que acompañó la expansión de la red férrea, su transformación en empresa nacional y su posterior privatización y fragmentación.
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«Quienes conducían esas marchas eran conscientes del peligro. Las tripulaciones también. Hubo choques y muchas víctimas. Algunas veces se llegó a destino, que no era punta de riel ni final del servicio, solo una parada para mejorar las vías, comunicaciones y potencia. Pero todos sabían que era imprescindible llegar, que cualquier sacrificio valía. También hubo descarrilamientos y hasta la toma de algún desvío, pero hasta hoy se sigue buscando la vía directa, aunque no sea segura. La marcha nunca se desvió a vía muerta.» Estas palabras -pertenecientes a Héctor Franchi, trabajador ferroviario- metaforizan la trayectoria de un gremio cuyas luchas se funden con las de todo el movimiento obrero argentino. Como trasfondo, una parte de la historia del país a lo largo del siglo XX: vías férreas que dejaron su huella en la estructuración de la nación, que se integraron a un proyecto que afirmaba la centralidad del Estado nacional en oposición al capital extranjero y que fueron parte del desguace de ese Estado y de su agonía durante las últimas décadas. Los artículos reunidos por Eduardo Lucita en este libro indagan en cuatro momentos significativos de la lucha de los ferroviarios, y remiten a distintos períodos de un ciclo general de constitución, auge y declinación del gremio y de sus representaciones sindicales que acompañó la expansión de la red férrea, su transformación en empresa nacional y su posterior privatización y fragmentación: – Estado y conflicto social: el caso de la huelga de los maquinistas ferroviarios de 1912, de Juan Suriano. – Justicia social con uniforme. La huelga ferroviaria de 1950-1951, de Héctor Laerte Franchi. – La huelga ferroviaria de 1961, de Antonio A. Di Santo. – El movimiento huelguístico ferroviario de 1990-1992. El fin de un ciclo histórico, del propio compilador. No se trata, sin embargo, de contar el proceso agotado de una especie en extinción. No hay «desvíos a vía muerta». La memoria de las experiencias pasadas es ineludible para repensar la lucha en las condiciones actuales. La conquista de la dignidad del ser humano, que guió a las generaciones anteriores, sigue siendo hoy un objetivo inalcanzado e impostergable.
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